Lo que no se usa, ¡se atrofia!

La historia

Siempre me han gustado las Artes Marciales y desde hace casi 4 años, practico Tae Kwon Do por lo menos 2 veces por semana en un horario un poco atemorizante para varios: de 5:30 am – 7:00 am. Tenemos un grupo de compañeros muy interesante pues entre todos nos la pasamos súper bien en cada clase, quizás por la misma dinámica de grupo es que nos mantenemos practicando.

El punto es que teníamos aproximadamente mes y medio de estar preparándonos todos para hacer nuestro siguiente examen de cinta. Faltando 2 semanas para el gran día, nuestra maestra nos puso a realizar prácticas de combate. Comenzó el primer asalto con Felipe y todo salió bien, ningún golpeado y solo terminamos bastante cansados. El segundo asalto fue con David. David es bastante mas alto que yo y bastante mas fornido, y sus patadas son bastante fuertes. Estábamos a medias de nuestro asalto cuando con su pierna derecha intentó patearme y yo quise defender su patada con mi mano izquierda, hasta ahí todo bien; el problema es que en lugar de tener la mano cerrada, la tuve abierta! La patada se detuvo en mi mano, pero en el bloqueo golpeó directamente mi dedo central, lujándolo y sacando el hueso de su lugar, inmediatamente me tire al suelo con la mano dormida y al ver mi maestra que tenía el dedo lujado, lo jaló y lo hizo regresar a su lugar. Mas tarde me enteré de boca del ortopeda que tenía una micro fractura y que pasaría 3 semanas con una férula.

LUJACION TARSO CRURAL En el examen fueron condescendientes conmigo y logre examinarme sin problemas, absteniéndome de hacer los ejercicios que me fueran imposibles debido a mi condición de “lisiado”.

Liberación aparente

 ms-1 El punto de este post no es contarles mi desgraciada defensa mal hecha (si, no fue culpa de David, el pasmado fui yo :) ). Este lunes recién pasado, luego de mis 3 tortuosas semanas de no poder usar bien mi mano izquierda, fui donde el ortopeda a que me quitaran la férula. Cual fue mi sorpresa que al quitarla, prácticamente no podía mover el dedo. Ya no tenia obstáculos, pero con solo 3 semanas de inmovilización, las articulaciones y tendones del dedo estaban semi-atrofiados.

Era casi como que siguiera inmovilizado, me dolía mucho moverlo y los ejercicios que me dejaron serían dolorosos, pues consisten en forzar las articulaciones hasta el punto de dolor “y un poquito más” 50 veces con cada articulación, 3 veces al día.

De todo se aprende!

Siendo la vida tan corta, creo que de todo hay que aprender! Y ya aprendí lo obvio: NUNCA defender una patada con la mano abierta (mucho menos si es con David!). Pero de pronto me puse a pensar en que soy un gran iluso, ya no con el dedo, sino con otros aspectos de mi vida.

Si hay algo maravilloso de las artes marciales es que reflejan de manera física e inequívoca nuestros miedos y paradigmas mentales. Pero como todo en la vida, hay analogías que hacemos con lo físico que nos enseñan siempre un poquito mas.

En solo 3 semanas, una articulación tan usada como el dedo de una mano, queda casi atrofiada, la cual necesita de un dolor interesante para recuperar su movimiento normal. Me puse a pensar en que así como mi dedo, dejamos cualidades sin usar no por 3 semanas, por meses, a veces incluso años. Cuando tenemos un mal entendido con alguien, cuando acumulamos un resentimiento que atrofia una buena relación. ¿Cuanto tiempo nos tardamos en “quitarnos la férula”? ¿Porque nos sorprende que haya dolor cuando queremos aclarar un mal entendido y recuperar la flexibilidad y frescura de una relación humana?

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Ahora que he vivido esta experiencia con mi dedo, espero recordarla con cariño no solo al presentarme a un combate de TKD con un compañero, sino espero tenerla mas presente en esos momentos no tan obvios en los que permitir que se atrofie una relación o cualidad me costará más que varios días de recuperación y en los que casi siempre involucramos a otra persona.

Finalmente el médico me dijo: “No le puedo dejar mas de 3 semanas la férula, porque sus articulaciones corren riesgo de rigidez”.

Les dejo la reflexión….

Ética o Cosmética

(Este es parte de una serie de posts que espero publicar semanalmente en los que expondré lo mas aterrizado que pueda, algunas reflexiones de filosofía práctica que me han ayudado a vivir una vida mas enfocada en lo que para mí importa más)

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Antes que nada quiero pedirles un poco de imaginación, paciencia y si se puede creatividad para pensar libre de prejuicios y con mente abierta. Cualquier comentario es bienvenido!

¿Cuando estamos viviendo?

Esta pregunta parece rara. Lo mas fácil es contestar “cuando mi corazón palpita”, pero mi intención no es referirse a la vida meramente física, sino a una vida un poco mas profunda y si se quiere, más abstracta, pero no por eso menos real.

Nosotros los seres humanos tenemos diferentes experiencias de vida, cada una de ellas con diferente “calidad”. Al decir “viviendo”, me quiero referir a esos momentos en donde hay mayor calidad de vida, no porque sean momentos felices nada mas, es porque son aquellos momentos que cuando vemos hacia atrás, quedan grabados en nuestra memoria como momentos vivos, estampados en nosotros.

Desde esta perspectiva no estamos viviendo todo el tiempo, pues hay momentos tan inconscientes, que bien podríamos eliminarlos de la experiencia y nunca haberlos vivido y seguiríamos siendo los mismos de hoy.

¿Que hace que algunos momentos sean vivos y otros sean inertes?

Los momentos inertes bien podrían no pertenecernos, pues es como si nosotros no estuvimos presentes realmente. En mi propia forma de pensar creo que es algo así, pues a menos que estemos conscientes de lo que nos está pasando en un momento preciso (como cuando nos machucamos un dedo), las experiencias no se graban fuertemente en nuestra conciencia, sino que simplemente pasan.

Cuando estamos presentes es cuando lo que sucede nos compete directamente  a nosotros, sea para salvar nuestras vidas (siempre son momentos inolvidables!), para conocer un lugar nunca antes visto o ver el desenlace de un evento muy esperado. Como sea, son momentos vivos, en los que la circunstancia nos obliga a estar presentes, a prestar atención a lo que sucede y entonces recordar. Y de entre todos los recuerdos, vivir en el mas alto sentido de la palabra sería el conjunto de recuerdos que te hacen sentirte mejor con solo recordar; un logro, un momento difícil bien manejado, un momento de mucho valor y coraje. Es como si la memoria no solo trajera datos e información, sino vivencias que enriquecen el momento y que son “carnita” para comer en los momentos de dolor que siempre aparecen.

3473treasure De toda esta reflexión sobre los momentos que yo llamo “vida”, pienso que éstos tienen algo en común: apuntan hacia arriba. Y como todo lo que sube, éstos momentos son mas “caros” en trabajo que los otros que bajan, pues aunque nuestra esencia (alma, espíritu o como quiera llamársele a eso superior que todos tenemos dentro) tiende hacia arriba, el peso de nuestras pasiones e instintos jalan hacia abajo.

Tanta comunicación que tenemos hoy en día y es triste ver que tanto papel, tinta, tiempo y palabras se invierten en contar el número de muertos diarios que hay en X o Y municipio y creo que a nuestro país le haríamos mas bien alentar a vivir apuntándole hacia arriba que enfocarse únicamente en lo negativo y señalar sin hacer.

Cosmética

Definida como el arte de aplicar preparados para preservar o embellecer el “cutis”. Observando mis propias actitudes y las de algunos que me rodean, pienso que este afán de embellecer los cuerpos por fuera, también ha hecho mella en querer maquillar las realidades por dentro.

Es fácil hablar, señalar y criticar. En el campo político este juego viene dándose desde que tengo uso de razón y se nota a leguas que si es que hay algunos bien intencionados, la maquinaria está tan corrupta que seguramente los opacan, los sacan y no los dejan trabajar; no les conviene.

Lo cierto es que las palabras nunca han cambiado la historia y un país está compuesto de sus ciudadanos. En lugar de estar esperando que todo este color de rosa en las esferas corruptas de los tristemente llamados “padres de la patria”, habría que ponernos a trabajar en nuestro ámbito personal desde ya. Cada vez que nos proponemos algo y no lo hacemos por haraganería, por que es muy difícil o porque “otros” lo harán, estamos siendo cosméticos y abonamos a que en lo colectivo sigamos siendo mediocres.

"El mundo se está hundiendo bajo el peso de tantas palabras” oí decir un día, y ojalá tuviéramos este mensaje mas claro en nuestras decisiones personales día a día. No para señalar hacia afuera, sino hacia adentro. No seamos hipócritas con nosotros mismos, cuando la conciencia alumbra por dentro, sepamos reconocer nuestras debilidades y trabajémoslas con honor y paciencia.

Confiamos en la transparencia

Si la cosmética es por fuera, la ética es por dentro. Es refrescante reconocerse falible, defectuoso, no porque esta verdad no duela en el ego y en las consecuencias que trae serlo, sino porque pisamos tierra; y para caminar seguro, es indispensable este primer paso: aterrizar.

Sólo una filosofía de vida en la que los ojos estén apuntando hacia arriba pero caminando sobre tierra firme nos dará solvencia moral para con nosotros mismos y con las futuras generaciones. Es una falacia pensar en un futuro con mejores recursos tecnológicos únicamente, sin pensar primero en una mejor educación que comience con los que ya estamos vivos pues esta comprobado psicológicamente que los seres humanos captamos un lenguaje invisible. Cuando alguien nos habla y no vive lo que predica, el ojo despierto se da cuenta que está siendo engañado.

No es sorpresa el hecho que los jóvenes ya no creemos en la política, tal cual se estila hoy en día. Una muestra es las estadísticas de abstinencia en las votaciones de los años pasados.

¿Para arriba o para abajo?

Alberto MasferrerHazte un cristal” – Alberto Masferrer

Este señor, conocido por muy pocos en su forma profunda de pensar, ver y soñar a los salvadoreños. Habló claro, profundo pero casi nadie le escuchó.

A ver si algún día en lugar de preguntarnos la fecha de su nacimiento en la primaria o secundaria, nos enseñaran a pensar y soñar como el y los que le siguieron(Salarrué, Claudia Lars, Gavidia) y aunque sea pisarles los talones en estatura moral. Seguramente así, tendremos un mejor país.

Al final, la decisión es personal y muy profunda, pues radica en tus intenciones. Seguimos maquillando la vida con la cosmética o nos dedicamos a levantarla con Ética y con valores vivos, no de diccionario…