El árbol gigante gigante…

Esta mañana, en medio de la trabazón, entendí porque la vida infantil es maravillosa....

Estábamos camino al kínder con Lucía, un día con mucho viento y frío, había un poco menos trabazón de lo usual, pero nunca faltan los embotellamientos en los que vamos por unos minutos a "vuelta de rueda"...

Antes de llegar a la primera trabazón, Lucía me iba contando entre varias interjecciones que varios de sus compañeros estaban "Muy muy enfermos..!!" y que "¡¡Ohhh noo!! Se golpeó la rodilla con el carro!!" y ¡"Ohhhh nooo!! el avión golpeó a Valeria!" (supongo que su imaginación es antojadiza...). Luego me dijo que "Para que ya no le duela, vamos a ponerle cinta adhesiva en su cabeza!.." y que "Podemos ponerle una curita para que ya no le duela la rodilla".

Al llegar al a trabazón, yo le dije "Lucía, los carros se han detenido! ¿Qué hacemos?" y ella me corrigió "No papi, los carros se están moviendo" (se refería a los que estaban en sentido contrario).
Luego de mis quejas, me dijo que quería jugar de animales... En medio de ruidos y gestos de animales, se nos fue la trabazón y al llegar al árbol de la paz me dijo "¡¡Paaaapiiiii!! Mira, el árbol gigante gigante está muy muy contento! Y se está riendo!!"
No pude mas que sonreír con ella (y presuntamente con el árbol), se me olvidó la trabazón, cualquier rollo que pudiera haber tenido y la cereza en el pastel de mi experiencia fue notar como se despedía sonriente y efusivamente del "árbol gigante gigante" y le decía "Nos vemos pronto árbol gigante gigante..."