El Padre

El día de ayer nació mi hija Lucía Meardi Araujo a las 8:35 de la mañana, midiendo 48 cms y pesando 6lbs 6oz. En el parto estuve tranquilo, sin mayores contratiempos, pero ¡que momento al verla salir!; es que el proceso de realización que ese ser con el que hemos estado en contacto desde hacía casi 9 meses ahora está en tus brazos y que todo lo que reconoce es tu voz y la música con la que le hablábamos por las noches, inunda las emociones y no queda de otra que derramar unas cuantas lágrimas.

Terminando todo el proceso de limpieza, que con ojos de padre me pareció muy tortuoso, me tocó romper el silencio que tenía desde que entré para hablarle a Lucía, la garganta se me hizo nudo pero logré articular unas cuantas palabras que para mi asombro la calmaron inmediatamente.

Cuando me sacaron a la fuerza de la nursería y no pude entrar a estar con Cecy porque aún estaba en sala de operaciones, entré al baño a quitarme la bata de cirujano y me invadió un torrente emocional fuertísimo, creo que luego de tanta adrenalina, el cerebro tiene que hacer una pausa para asimilar lo que acaba de pasar y guardar esos momentos en el cofre de oro de nuestros recuerdos.

La experiencia es inexplicable, impresionante hasta mas no poder. Yo creía que lo de tener hijos era una experiencia mas instintiva y mecánica, pero es presenciar la fuerza inexorable de la naturaleza, combinando magistralmente instintos, sentimientos y deberes para lograr un estado de conciencia tal que saca lo mejor de nosotros; y lo hace placenteramente!

Adelante veo días de desvelo, descubrimientos maravillosos a diario, muchos retos, y creo que el reto mas grande es que en nombre del amor por mi hija, por mi esposa y por mi mismo no puedo darme el lujo de no ser una persona realizada y feliz.

Ahora que lo soy, me doy cuenta que ser padre es formar parte de una cadena de vida en la que nuestro deber principal es ser un bastión muy vivo y muy fuerte, que sepa traducir su experiencia de vida para que los hijos se tomen de él y comprendan cuál será su rol en este mundo.

Gracias a la madre natura por este empujón de conciencia, de responsabilidad y de compromiso, a veces nos da miedo nadar y los grandes nos tiran...

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